Pues eso amigo, un año sin tus goles, sin tus jugadas, sin ver como jugabas y hacías disfrutar a todo el que estaba a tu lado jugando, pero sobre todo, un año sin tus risas, tu cariño y sin esa alegría que dabas cuando llegabas a cualquier sitio.
Parece mentira que haya pasado un año y todavía parece que sigues aquí entre nosotros.
No hay día que no nos acordemos de ti, en cualquier conversación entre amigos, en los entrenamientos, en todos sitios sale tu nombre a relucir y es que aún estas muy presente.
Probablemente, si estuvieses con nosotros, ahora estarías jugando en el equipo de tu pueblo, con tu “padre” futbolístico, con tus amigos, con tu gente, haciéndolos disfrutar como solo tú sabías. Pero Dios quería que jugaras en otra categoría y quiso que te fueses a su equipo para disfrutar contigo como aquí lo hacíamos todos.
Pues nada Alonsito, que esperamos que haya donde te encuentres, estés haciendo disfrutar a todos los que están a tu lado y haciéndoles reír como lo hacías aquí.
Desde aquí, lo único que podemos hacer es recordarte e intentar hacer una buena temporada para que te sientas orgulloso del equipo de tu pueblo y que, cuando nos veas jugando los fines de semana, nos trasmitas un poco de fuerza.
Un abrazo Alonso, siempre estarás con nosotros.
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